La confrontación de saberse MACHISTA y sus etapas de trabajo personal.

“Quien no se mueve, no siente las cadenas”

Rosa Luxemburgo.

Cuando comenzamos a despertar a la realidad de nuestros machismos, la mayoría nos queremos excusar sobre los propios pensamientos y conductas. Es muy incómodo asumir que, de hecho, sí somos machistas y no sabemos cómo cambiar.

La mayoría de los hombres fuimos educados y socializados desde la masculinidad hegemónica, una masculinidad repleta de estereotipos de género que nos ha dañado a nosotros y también a las mujeres.

La mayoría internalizamos ideas misóginas, es decir rechazando y odiando lo que dicen que es femenino; así comienza la fragmentación y mutilación emocional y psíquica, así nos vamos volviendo rígidos, cerrados, secos y con la pretensión de ser los siempre fuertes.

Todo lo anterior provoca un gran daño estructural en nuestra capacidad de conectar con las mujeres, pero también con otros hombres. Nos han encerrado en una fortaleza de estereotipos que parece infranqueable.

Algunos estereotipos de género asociados a conductas machistas son:

No llorar, por lo tanto, hay represión y acumulación de frustración que tiende a manifestarse violentamente.

No ser sensibles, por lo tanto, hay incapacidad de expresar y se canaliza como hipersensibilidad muda y dolor emocional. Es decir, nos ahogamos en nuestras emociones y cuando se expresan, es de forma insana.

Ser dominantes, por lo tanto, nos volcamos al control excesivo y se niega la libertad de las demás personas. Esto lleva a herir, celar, domar, intimidar, amenazar, etc.

Ser hipersexuales, por lo tanto, disfuncionar continuamente en intimidad y sexualidad. Es usual encontrar altas expectativas sexuales, fantasías destructivas, conductas de alto riesgo y frustración.

… y la lista sigue y sigue. (Anexa en comentarios el que creas conveniente)

El mindset que ofrece el patriarcado en la educación masculina es profundamente machista, pareciera ser que no hay otras formas validas de ser hombres en el mundo. Así que todos aquellos hombres que no manifiestan esta masculinidad hegemonía – machista tienden a ser atacados y presionados para comportarse como la mayoría.

Los homosexuales, sensibles, diversos, no hegemónicos, etc, son perseguidos de múltiples maneras y atacados por la hegemonía. Lo curioso de esto es que la mayoría de los hombres con los que he trabajado en terapia, tienen experiencias tristes y dolorosas en donde fueron “presionados” a ser como son, la mayoría describen que no quieren ser así y que esto les ha causado mucho sufrimiento.

Es un verdadero acto de valentía asumirse machista, pero no es suficiente. Si solo lo aceptamos y no hacemos nada, es casi un discurso cínico y cruel para con nosotros mismos y las demás personas. Después de aceptar, sigue el periodo de confrontación y trabajo personal (nadie lo puede hacer por ti).

Generalmente he visto que se dan estas etapas en el trabajo con el machismo y el patriarcado que vive dentro de nosotros:

Resistencia y normalización: Me resisto a asumir que hay machismo, creo que las mujeres son exageradas y las cosas no están mal. (En esta época, casi todos los hombres podemos estar acá)

Despertar: Hay un shock catalizador y soy confrontado por la realidad. Puede ser desde un simple texto o platica, un colapso de pareja, etc. Es muy usual que sea por experiencias dolorosas como el abandono familiar, la proximidad a un feminicidio o crimen con dimensiones de género.

Cambios por falsa redención: Tratamos de cambiar por conveniencia y para que nos quieran, pero no hay convicción, en realidad es simulación. Nos hacemos machos – progres porque es cool ser de avanzada, la realidad es que seguimos en simulación y manipulación.  (Acá encontramos a muchos políticos y hombres de poder que simulan por políticas de género o presión social)

Performance social: Actuó como alguien trabajado en sus masculinidades, pero dentro hay enojo y confusión (es normal, una socialización de toda una vida y miles de refuerzos diarios para ser macho no se va en una charla de 2 horas, se paciente), me conviene ser así, pero no me siento cómodo. En alguna ocasión, alguien me comentó que era como sentirse adiestrado o domesticado y eso le dolía mucho. En esta etapa se empieza a sentir mucha resistencia ya que casi todos los espacios masculinos están llenos de performance machista y nos comienzan a incomodar, o nosotros a ellos.

Comprensión de daños: Hacia sí mismo y a las demás personas, sobre todo a las mujeres de nuestras vidas. Acá se dan comprensiones desde la figura materna, parejas, hijas, etc. Es usual que se sienta miedo y vergüenza. Siempre recomiendo una política del buen trato y trabajarse el auto-odio.  No eres culpable de la educación que te dieron, pero si responsable de transformarte en alguien más funcional, sano y equitativo.

Cambios no simulativos: Se realizan cambios desde la convicción y comprensión. La transformación se da por medio de una consciencia más lucida de las realidades de género y el trauma patriarcal. Se entiende que cambiar nos hace bien a nosotros y a nuestro entorno.

Justicia restaurativa: Se experimenta como el anhelo de que las cosas cambien, queremos restaurar en la medida de lo posible nuestros vínculos de maneras sanas y más equitativas. Se comprende desde dentro la deuda histórica y se dignifica nuestra labor en el mundo, hay acciones afirmativas. Los hombres si somos parte del problema, por lo tanto, de la solución.

Como todo proceso humano, esto no se da de manera lineal, es una espiral que sube y baja. En ocasiones estaremos muy lucidos, en otras sentiremos que estamos en las primeras etapas. Es importante ser observantes de nuestro juicio interior malsano (AUDIO JUEZ INTERIOR), no caer en la desesperanza y ser pacientes con nuestros procesos. Recuerda, caminante no hay camino, se hace camino al andar, y cosas por el estilo.

Todos fuimos educados en contextos machistas, no somos culpables de la educación que tuvimos, pero si somos responsables y capaces de cambiarla (VER VIDEO) y no transmitirla a siguientes generaciones. Estamos en un tiempo maravilloso, lleno de herramientas e ideas que nuestros ancestros no tuvieron. A despertar, sanar, evolucionar y trascender.

Estas ideas las comparto basándome en experiencias de trabajo con hombres, no pretenden ser absolutas y simplemente son una opción. Recuerda que hay muchas formas de trabajarse y sanar.

INGRESAR

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